Era se una vez en 1998 unos vecinos. Uno de ellos
era el dueño de una pizzería que era muy conocida. El otro vivía arriba, le
gustaba mucho la música, sobre todo tocar la batería, aunque se le daba fatal.
Llevaban siendo vecinos un mes, el dueño
de la pizzería no pudo aguantar más y notaba que ese ruido espantaba a sus
clientes, entonces fue a un psicólogo, para explicarle el problema. El psicólogo
le contestó:
-Ya me he cruzado con casos como este
alguna que otra vez, lo que tienes que hacer es hablar con él tranquilamente y
explicarle el problema.-
Al día siguiente el dueño de la pizzería
fue a hablar con su vecino y le dijo:
-Perdona el ruido de tu batería espanta a
mis clientes, no son mucho de… música, tengo una idea porque no insonorizas tu
casa o vas al campo a tocarla.
Y el vecino le contesto:
-¿Y por qué tengo que gastarme mi dinero
en insonorizar mi casa?, además la batería cuesta mucho transportarla al campo
y consumiría mucha gasolina.-contestó el vecino.
El pizzero tomó medidas y llamó a la
policía. Al día siguiente la policía entro en casa del vecino ruidoso y le volvió
a repetir lo que le dijo el pizzero.
Entonces el vecino se mudó a un campo
lejos de la ciudad.
Y cuando se mudó, la pizzeria se llenó al
completo. ¡Y había una cola de kilómetros para poder comer allí!
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